Es un problema relacionado a la defecación que ocurre, generalmente dentro de los tres primeros meses de vida del
bebé. No es un trastorno muy frecuente, pero causa mucha preocupación a los padres.
El bebé que presenta este problema suele pujar hasta ponerse muy rojo, llora y se fastidia durante muchos intentos de
tratar de defecar sin poder hacerlo. A su vez, repite esto durante varias veces al día hasta conseguir defecar heces
blandas o líquidas.
Muchas veces, este síntoma se suele confundir con un cólico infantil o estreñimiento, pero en realidad es un problema
causado por la inmadurez de los intestinos cuando ocurre una incoordinación para la expulsión de heces. Normalmente
deben coordinarse los movimientos intestinales y el aumento de presión dentro del abdomen, con la relajación del
esfínter anal del bebé; sin embargo, en los bebés con disquecia no existe esa coordinación.
El examen físico de un bebé que presenta este trastorno debe incluir la exploración del recto para descartar cualquier
problema anatómico en el ano y en el recto. Este trastorno no requiere tratamiento y se resuelve naturalmente al cabo
de unas cuantas semanas. Asimismo, no es necesario el uso de supositorios u otras técnicas de estimulación en el
bebé.
Referencia bibliográfica: Issell, C., et al., (2020). Functional Digestive Disorders in Infants. Archivos de medicina, 16 (2:2). doi: 10.3823/1425.
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